Carta nocturna al lector
Billy
Collins
Me
levanto de la cama sin orden y salgo,
ave que
deja su nido,
caracol
tomando vacaciones de su concha,
pero
solo para estar de pie en el patio,
insomne
común y corriente
entre instalaciones
de jardín y bosque en crecimiento.
Si fuese
más joven, debería estar pensando
sobre
cosas que oí en alguna fiesta,
sobre un
auto extraordinario,
o
noticias del sábado en la noche,
mas la
verdad, simplemente estoy consciente,
soy un
animal en piyama,
sintiendo
la pálida humedad
de la
noche y céfiros ligeros
que
agitan la copa de las frondas.
Mi
mascota me ha seguido
y se
mantiene un poco adelantada,
alzada
la nariz como inhalando
las
altas flores blancas,
visibles
esta noche en el jardín brumoso,
y algo
más hay que yo quería decir a ustedes,
algo
acerca de la luz naranja y tibia
en las
ventanas de la casa,
pero
ahora me pregunto si acaso me estarán oyendo
y por
qué me molesto en decir estas cosas
que
jamás harán la diferencia,
copos de
ceniza, briznas de hielo.
Pero
esto es cuanto deseo:
decir a
ustedes que en el bosque
llamaban
unos pocos pájaros nocturnos,
el pasto
era frío y húmedo en mis pies descalzos,
y que en
algún punto, la luna,
mirando
como lo alto de la frente
famosa
de Shakespeare,
apareció
muy inesperadamente,
iluminando
una banda nómada de nubes.
(Nine horses, 2002. Traducción de Agustín
García Delgado)
Incluyo esta traducción sin fines de lucro. Si el autor u otra persona juzga vulnerados sus intereses, basta un aviso y lo retiro de mi página.
2 comentarios:
Estimado Agustín, me gustaría que pusieras el original en inglés y la traducción realizada. Algo se puede aprender de esta experiencia. Muchas gracias por compartir. José Luis Domínguez.
De acuerdo, José Luis. Pronto transcribiré el original aquí mismo.
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